Las camas dobles suelen estar siempre flanqueadas por dos mesitas que incluyen una luz individual que cada persona puede utilizar para leer por la noche o simplemente para ver en la oscuridad. Tradicionalmente esa luz provenía de sendas lamparitas que se apoyaban sobre la mesilla, pero en la actualidad las posibilidades son muchas más.
Las lámparas suspendidas desde el techo sobre la mesilla de noches dan sensación de ligereza, y crean un ambiente tranquilo. Además, hacen que la mesilla quede completamente despejada y podamos apoyar sobre ella otras cosas.
Las lámparas de pie suelen colocarse en sustitución de la mesilla de noche, y son la elección perfecta si acostumbramos a leer en la cama. Estas lámparas nos darán una luz más potente y dirigida que los permitirá una lectura más cómoda.
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